viernes, 17 de septiembre de 2010

Grassi, el violador

La Iglesia Católica traiciona a Jesús. No puede ser un aguantadero.


Por Liliana Mizrahi

Me alegra, me alivia que se haya confirmado la sentencia, en segunda instancia y por unanimidad, a 15 años de prisión de Grassi, el pedófilo. Es un delincuente, pero… aún sigue libre y muchos estamos ansiosos por verlo, detrás de las rejas, por fin.

Detrás del delincuente Grassi, abusador, violador, filicida y otras perversiones, se esconde un poder sombrío. Un poder siniestro que demora los tiempos, alarga el proceso, y le facilita las cosas. ¿Por qué? ¿cómo? ¿qué hay detrás de Grassi?

¿Quiénes son? ¿quién es ese poder siniestro que aún hoy lo mantiene libre?

En estos tiempos, la Iglesia Católica atraviesa una crisis de tal magnitud, por los multiplicados y reiterados casos de violaciones y abusos sexuales a niños y niñas, que la realidad, tal como la vamos conociendo, se convierte en un “desafío, un reto” para los que creen en Jesús.

Esta es una Iglesia “anti-evangélica”, y lo demuestra el discurso y la conducta, sin verdad y sin sensibilidad del poder eclesiástico.

Jesús, en su momento se rebeló contra los rabinos, levantó la voz y actuó contra la jerarquía sacerdotal de esa época. La Iglesia traiciona a Jesús.

Me pregunto:

¿Qué les estará pasando a los fieles, ante tales crímenes? ¿fieles seguidores de la cúpula eclesial o, seguidores de Jesús?

Este es un tiempo de compromiso con la verdad. Un tiempo de denuncia y testimonio. Un tiempo de compromiso y solidaridad. No hay lugar para seguir escondiendo delincuentes, la Iglesia no puede ser un aguantadero.

El silencio que silencia, fabrica cómplices. Ese silencio oscuro tiene que terminar. Encubre, así permite la continuidad de los crímenes contra los niños, no respeta la dignidad infantil, ni la de sus fieles.

Silencia a los pedófilos de entre sus filas, y pone el grito en el cielo por la vida del nonato.

Esta Iglesia que encubre delincuentes traiciona a Jesús, lo crucifica otra vez. Miente, omite, encubre. Es dogmática, rígida, retrógrada e impune. No se comunica con la realidad actual. Es persecutoria y amenazante con el tema de la sexualidad adolescente. No cuida, no educa, no protege. No es la Iglesia de Jesús.

“A Jesús lo crucificamos entre todos, todos los días” me dijo el padre García en Jerusalem.

lmizrahi@pachami.com

1 comentario:

  1. Está buena la pregunta.
    A quién siguen los fieles?
    A los corruptos representantes clericales o a Jesús?
    Claro planteo.
    La iglesia que encubre a delincuentes traiciona a Cristo.Totalmente de acuerdo.
    Espero que se haga justicia.
    Porque además de ser evidente que detrás de " la libertad de Grassi" está la garra del poder , el hecho de haber abusado de seres desamparados sin alguien que los respalde da muestras de un nivel de perversión y descalificación sumamente " GRAVE".
    Ni olvido . Ni perdón.
    Justicia.

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