Por Pablo A. Chami
En el diario La Nación del día 20 de julio, día del amigo, Aguinis está perplejo ante la frase de la Presidenta de los argentinos: “vamos por todo”. Se pregunta: ¿Qué significa?”. Y se responde: “significa terminar con la democracia que tanto nos costó reconstruir.”
Luego enumera lo que según él, tendría que significar esa frase: terminar con la decadencia educativa; dar estímulo a la inversión productiva; estrategias para bajar la inflación; proveer una justicia igual para todos; luchar contra la inseguridad.
Es evidente que el escritor notorio lee solamente lo que dicen los medios oligopólicos: Clarín, Nación TN.
Pensemos otra mirada: por ejemplo en cuanto a la educación se invierte una parte importante del Presupuesto Nacional y el programa de distribución de computadoras a los que menos tienen logrará equiparar las desigualdades.
Los incentivos a la inversión son evidentes. Sin inversión no se podría crecer a tasas del 8% anual.
El tema de la inflación es diferente, es inherente al modelo: impulsar la economía alentando la demanda. La mayor demanda estimula a las empresas a aumentar sus precios.
En cuanto al tema de la justicia, Aguinis se olvida de la reforma de la Suprema Corte de Justicia, ahora conformada por jueces idóneos. Además, el accionar del gobierno habilitó los juicios a los responsables de los crímenes aberrantes de la última dictadura.
En cuanto a la inseguridad, la tasa de homicidios de Argentina es la más baja de América Latina y bajó de 7,17 cada 100.000 habitantes en el año 2000, a 5,27 en 2011, la de Estados Unidos es de 5,00. Es decir que las propuestas de Aguinis el gobierno las está cumpliendo.
Aguinis toma la cantinela de los medios opositores sin tener idea, (o teniéndola), que el objetivo de esos medios es esmerilar la credibilidad de un gobierno popular y democrático, electo por el 54% de los votantes. Democracia es respetar al ganador y no hacer coro a los que sólo ven pequeños detalles de un discurso y no visualizar todo el panorama de un país que crece a pesar de la enorme crisis internacional que azota al mundo desarrollado.
Me pregunto entonces: ¿Quiénes son los que quieren terminar con la democracia y con este gobierno democrático y popular?